EL EDUCADOR MERCENARIO. Para una crítica radical de las escuelas de la democracia
Pdf. de "El educador mercenario"
El educador mercenario aborda, con un lenguaje claro y de un modo muy directo, los principales aspectos de la denegación contemporánea de la Escuela. Aporta argumentos y perspectivas para avanzar hacia una desaprobación absoluta de la figura, política y económicamente “reclutada”, del Profesor. Se sirve, para ello, de las distintas entrevistas realizadas, en los últimos años, al autor, de donde se extraen y reordenan los contenidos.
Recogemos el prólogo de este trabajo, que se ha presentado como un manual de anti-pedagogía.
A
MODO DE “PRÓLOGO”
Escrituras ahuyentables I recoge las entrevistas que, durante los últimos años, sirvieron a Pedro García Olivo de 'escudo', de 'barricada' íntima, contra la fuente inconmensurable de su desasosiego: la Escuela. Las tesis que erigió asimismo en artilugios de combate, armas arrojadizas, mientras ejerció de "anti-profesor" inejemplar y cuando, pertrechado de desesperación, conseguía escapar de la docencia. Casi desde todos los registros conocidos (teoréticos, coloquiales, filosóficos, poéticos,...), el autor se ha forzado a 'hablar' de aquello que, tal vez, no le permitía 'vivir'. Esta sorprendente "heterogeneidad" en los modos textuales, conciliada con el testarudo centramiento en un objeto único, obsesionante -la Educación-, constituye quizás el rasgo más llamativo de la obra que presentamos. Por no decir nada del extemporáneo y desapacible radicalismo de sus tesis, siempre abrazadas a la experiencia de la persecución y, como se ha sugerido, de una locura sobrada de razón.
Este libro, "no apto para cualquiera", como gustaba advertir Herman Hesse a propósito de su El lobo estepario, ha acertado, en nuestra opinión, con su título: Escrituras ahuyentables. Escrituras que cabe 'alejar', 'evitar', 'sortear' (ahuyentar); escrituras de las que podemos 'protegernos', sabedores de que nacieron con la voluntad de agredir ("Quién quiera que seas, defiéndete; pues voy a dirigir contra ti la honda de una terrible acusación", se nos 'aclara' en el encabezamiento de "Presentación"); escrituras de las que siempre es factible 'escabullirse', ponerse a salvo, como no ocurre con esas otras literaturas 'inesquivadas', casi 'inevitables', que caen sobre nosotros con la desfachatez del diluvio o de la escarcha y que tan difícil resulta no leer - best-séllers, ocurrencias de los autores 'de moda', montajes editoriales, obras complacientes de este o aquel "escribidor" mimado por el mercado,... "Escrituras ahuyentables" que definen desde el principio a su enemigo, el muy sacralizado 'engendro' que quisieran borrar de la faz de la Tierra: las Escuelas de la Democracia, nada menos que las mejores de nuestras Escuelas...
"¿Eres la noche?", nos pregunta, brutal y desconcertante, Pedro García Olivo, recogiendo un verso en alemán de Rilke ("Bist Du die Nacht?"), casi como 'prolegómeno' para la extraña batalla contra uno mismo a que aboca la lectura de su obra. Nos gustaría concluir esta breve nota con una tentativa de respuesta: no lo hemos sido, no sabemos por qué no hemos podido serlo... Hasta nos parece ilegítima la pretensión de buscar en el lector la noche. Y, sin embargo, cuando pensamos en todas esas palabras sedientas de interpelación que casi se amotinan en Escrituras ahuyentables, a las que hemos añadido erráticamente estas pocas nuestras, quisiéramos poder abrigar todavía, con Juan Rulfo, la esperanza de que "algún día... llegará la noche".
"¿Eres la noche?”
Víctor
Araya
Valencia,
canícula del 2007
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